Piscinas naturales, naturalizadas, biopiscinas... La nomenclatura es variable pero, lo que se pretende definir con todas esas denominaciones, son espacios acuáticos que permitan reflejar la naturaleza en tu jardín.
Una piscina con rocas y plantas es el lugar ideal donde darse un baño.
Si se dispone de espacio en el jardín no puede desperdiciarse la oportunidad de vivir esta sensación de baño.
El agua en la naturaleza, se filtra con elementos naturales, y se mantiene cristalina, sin necesidad de aportes de químicos.
Por ello, la ventaja que obtendremos, al intentar repetir ese proceso natural, es no utilizar ni cloro ni otros productos químicos.
Diseño
Analizar las características del lugar, sus condiciones climáticas y la viabilidad de su implantación es el primer paso para poder realizar un proyecto viable y perdurable en el tiempo.
La observación y el intento de imitar a la naturaleza es el objetivo a alcanzar en la construcción de un estanque para obtener la sensación de que se ha generado de forma espontánea.
Existen diferentes tipologías de piscinas naturales, según la disposición de los distintos espacios que las conforman y su relación entre ellos. Las diferentes zonas en una piscina natural son: Zona de nado. La destinada al baño. Filtro biológico. Normalmente, superficie de gravas donde se colocan las plantas. Otras zonas de filtrado. Ayudas técnicas que favorecen el filtrado y permiten la recirculación del agua: cuadros eléctricos, bombas o filtros adicionales. Se puede prescindir de estos elementos creando recirculaciones naturales del agua. La piscina natural más básica es el estanque de nado, donde el vaso de nado como el filtro biológico y la zona de regeneración forman un todo. La solución más común es la que tiene el filtro biológico y la zona de regeneración separados del vaso de nado y se recircula el agua mediante un sistema de bombeo.
Tipo de plantas acuáticas
Lo más recomendable es ir a soluciones con plantas sumergidas, pues funcionan mejor que las plantas palustres. Esto conlleva tener profundidades de mínimo 1 m., siendo recomendable que tengan, si es posible, la misma profundidad de la piscina, lo cual no siempre es posible.
La plantas sumergidas compiten mejor con las algas, generando nichos ecológicos que absorben los nutrientes que potencialmente podrían absorber las algas, y generan oxígeno dentro del vaso, evitando la aparición de bacterias patógenas, sirviendo, además, de refugio a todos los elementos del fitoplacton que garantizan la transparencia del agua pues crean alianzas con especies de algas y bacterias que no son nocivas para el sistema, pudiendo competir con las que sí lo son.
Dimensionado zona de regeneración
Dimensionado del filtro biológico y la zona de regeneración. Tradicionalmete el dimensionado se hacia en proporción a la zona de nado, pero resulta más eficaz hacerlo en función de la calidad del agua.
El primer parámetro a considerar es el fosfato. Las plantas y las gravas deben ser capaces de absorber todo, y, en consecuenca, habrá que diseñarlas para absorberlo.
El ph es otro de los parámetros a considerar. El óptimo es 8,5 porque es el punto en el que el fósforo precipita y, en consecuencia, no está disponible, pero no siempre será posible mantener ese ph por lo que tendremos que utilizar especies vegetales y zonas de regeneración que puedan adaptarse al medio en el que van a vivir.
La conductividad del agua, cantidad de sales disueltas en el agua, será también un factor importante para que las especies vegetales puedan adaptarse al medio